Sol Pereyra: “lo que me arraiga es lo que soy”

Sol Pereyra: “lo que me arraiga es lo que soy”

Por Cecilia Mariela Navarro y Javier Costamagna

Como parte de la gira “Resisto / Existo” 2021/2022, Sol Pereyra, con una puesta en escena única, ejecutará su versatilidad interpretativa junto a la Orquesta Sinfónica de la UNC. Esta artista, nacida en Mendoza y  cordobesa de corazón, cuenta con más de dos décadas de trayectoria, recorriendo y recorriéndose, tanto por dentro como por fuera. Desde su paso por Los Cocineros, hasta sus variadas colaboraciones (que incluyeron a Sara Hebe, Los Caligaris, y Julieta Venegas entre otros). Participaciones en vivo (o por streaming) en diversos festivales, la sensibilidad de Sol fluye de manera indomable, mixta, sin fronteras, ni banderas .

En una entrevista hablaste del momento en que descubriste el nombre del género musical que tanto te gustaba, el “Worldbeat”, ¿marcó eso un antes y un después en tus búsquedas y  modo de experimentar con la música

Lo que me gustó de eso fue dar con algo relacionado a lo que ya venía haciendo, que era mezclar géneros como el pop y el rock con la música de raíz, con folclores. Lo que tiene el wordbeat, es que justamente por la palabra “beat”, está vinculado a la música electrónica y se relaciona a la sonoridad de lo electrónico mezclado con el pop, con la música de raíz y demás. Yo venía haciendo eso, pero con un formato más clásico, de banda con bajo y batería, en cambio ahora lo empecé hacer con electrónica, ahí fue cuando me dije: “esto es lo que engloba lo que hago”.

Y ahora pasaste del beat electrónico a la orquesta sinfónica

Sí, y me encanta, está bueno mezclar la música popular con un formato así, pasa otra cosa que incluso empieza a crecer desde otro lado. Como que aparecen otras sonoridades que también están buenísimas, y para mí son muy únicas de la orquesta , eso ayuda a resaltar otras cosas; por ahí si uno hace sólo electrónica o mantiene un formato más de rock,  no aparecen y acá se da como otra clase de magia también. 

¿Qué representa para vos estar tocando en Córdoba junto a la Orquesta Sinfónica de la UNC?

Estoy fascinada con todo esto. Me encantó que la propuesta viniera de la mano de Hadrián Ávila Arzuza, director del Teatro “El Libertador”. Me parece genial que estos espacios oficiales, que quizás son más formales, estén volcando su mirada hacia lo popular, a ver otros géneros. Me gusta mucho y me parece algo muy bueno que desde ese espacio surja la invitación. Y que empiece a suceder esto en Córdoba, me parece muy saludable, para que no esté el cuarteto por un lado y la música clásica, el rock o el folclore por el otro. Creo que nos podemos enriquecer mucho abriéndonos a este tipo de cruces.

“Lo que me arraiga es lo que soy, lo que me gusta, lo más profundo: el poder conectar con la raíz”

Repasando la premisa del disco “Existo”, nos parece una declaración muy fuerte y concisa de hacer en el contexto de pandemia, ¿cómo fuiste desarrollando ese concepto?

Hay algunas canciones que fueron previas a la pandemia, me parece que tiene que ver con un movimiento interno, con todo lo que está pasando en el mundo. Pienso que la situación global es compleja, estamos viendo que necesitamos cambios fuertes a nivel estructural, el cuento que nos hicieron ya no es funcional a la gente en general. Y las luchas que se plantean, como el feminismo y las disidencias, son algunas entre muchas otras que nos hacen tener otra mirada. A partir del  disco anterior, que es como la antesala de “Existo”, surge esa sensación entre resistir y cierto hacer, creo que muchas personas nos planteamos un poco nuestra resistencia, como diciéndonos ¿Cómo seguimos?, ¿de qué manera nos plantamos?

Es resistir, pero en carácter positivo y no en el sentido de “resisto y aguanto el golpe”

No, para nada, no es aguantar, es como una acción de propuesta: “resisto/existo” esa es la idea, y de hecho son dos EP, uno es existo y resisto es el otro.

La cuestión de cómo plantarnos es algo muy presente en tus canciones, como en “Comunmixta” o en “Fotos”, donde tenés frases como “hay vida atrás del flash” y “yo sé que hay algo más”.

Lo que dice ahí, es que la vida está detrás de las cámaras, por atrás de las redes, por atrás de los televisores. O sea, hay mucha gente que está teniendo la experiencia (sobre todo con las nuevas generaciones) muy a través de plataformas, redes y ahí no es donde está la vida. La vida está en la experiencia concreta, en salir a la calle, en contactar con otras personas, que te pasen cosas “de verdad”.

En una de tus canciones decís:  “que quede al desnudo todo lo que arraiga”. En medio de tus experiencias y experimentación constantes, ¿qué es lo que te arraiga?

Estos tiempos existe una mayor apertura, para bien. Y ese canto en particular es un pedido para que todo se de vuelta, porque la cosa como venía hasta ahora, no funciona más. La Tierra podría pegarse un sacudón de todo, para que de una vez las cosas se reviertan. Y en medio de todo esto, lo que me arraiga es lo que soy, lo que me gusta, lo más profundo: el poder conectar con la raíz.  Me sucede con la música. La raíz es diversa y tiene que ver con muchas cosas, con mis sentires, con la música que me nutrió, con el teatro, con la gente que quiero, con poder caminar por las calles de mi barrio. Y también con esos lugares con los que tengo una sensación de pertenencia. Lo que arraiga, al menos en mi caso, no tiene que ver con una bandera. Se trata de una conexión de pertenencia, que tiene lugar al pisar la tierra en un parque acá, en México, en Jujuy o donde sea.

Nos pareces una persona y artista muy versátil, ¿qué más te gustaría explorar?, ya sea dentro o fuera de lo artístico.

Bueno, escribir me encanta, lo hice bastante y me gustaría hacerlo más. La escritura es un mundo más introspectivo y eso me viene muy bien. Pasa que yo soy muy para afuera, siempre estoy con gente y, de repente, al escribir aparece otra faceta mía, que también disfruto mucho. Otra cosa que me encanta está vinculada a lo que hago como actriz, por mi formación en el teatro. Me encantaría hacer alguna película, filmar, dirigir, guionar y actuar también, es un mundo que me fascina. Siempre que pienso mis discos, proyecto mis videoclips como si fuesen mini-peliculitas, y quisiera hacer una película general. Por ahí me frena el presupuesto y la cantidad energía que pongo en cada cosa que hago. Tengo varios sueños y cosas pendientes, que en algún momento espero concretar.

Es importante empezar a construir desde un lugar más amoroso. Mi sensación es que nos están alimentando el odio y no el amor: las redes, las noticias

Pensando a futuro, ¿qué colaboraciones te gustaría hacer?, dentro del ámbito musical, cinematográfico u otro.

En lo cinematográfico, con Lucrecia Martel y Pedro Almodóvar , si vuelo, vuelo alto (risas). Y musicalmente, hay muchos artistas que me encantan, Stromae es uno de ellos. Es un artista belga, que vive en Francia. Me fascina su música, sus letras, sus puestas escénicas y videoclíps. Tiene una presencia fuerte y es alguien con quien me conecto mucho, su música es para bailar y, a la vez, tiene letras muy profundas. Apunta a temas que a mí también me sensibilizan en lo social, en lo humano, en el amor. E incluso en aquello que critica, tiene una visión crítica sobre las redes sociales. En una de sus canciones “Carmen” usa un loop con parte de la ópera “Carmen”, mientras en el video relata lo que Twitter es. Ahí aparece un pajarito azul al que van alimentando, hasta que se hace muy grande y termina devorando a la gente. Es muy fuerte.  El es uno de los artistas con quien me gustaría colaborar. Madonna me gusta mucho, los chicos de Café Tacuba también y bueno, Rubén Blades ¡ni hablar!, sería todo un sueño para mí hacer algo con él.

Ahora que mencionas a Café Tacuba, notamos que dejaron de tocar “Ingrata”, por la temática que aborda. Existe una sensibilidad social que no es ajena a ellos ni tampoco a vos. Por ejemplo, “Flores salvajes” es una canción que, sin dejar de ser un llamado de atención, se posiciona desde el amor.

Sí. Para mí lo social es una construcción. Todo es vínculo. Es importante empezar a construir desde un lugar más amoroso. Mi sensación es que nos están alimentando el odio y no el amor: las redes, las noticias. Sucede todo el tiempo, se fomenta el enojo, el odio hacia el contrario, hacia quien piense distinto y yo me pregunto ¿para qué? Se torna muy insalubre y poco constructivo, el odio alimenta a unos pocos que manejan a unos muchos. Y yo creo que el amor es algo de lo que muchos podríamos alimentarnos, ahí cabemos todo. Ese concepto equitativo lo tiene el amor. El odio está comandado por pequeños sectores y eso no está nada bueno.