Hace unas semanas se viralizó “Save Ralph”, cortometraje patrocinado por la ONG Humane Society International y dirigido por Taika Waititi . En el bastan menos de cuatro minutos para que Ralph, un conejo blanco, lejos de impulsarnos para que nos adentremos en el País de las Maravillas, empuja nuestra atención hacia una realidad cotidiana: el testeo de productos cosméticos en animales no-humanos.
Superando las 10 millones de visualizaciones en YouTube y habiendo contado con la participación de famosos actores de la talla de Zac Efron, el pasado 23 de abril la HSI compartió en su sitio web una noticia importante. Gracias a la campaña “Save Ralph / Salva a Ralph”, en menos de una semana se reunió más de un millón de firmas; éstas serán usadas ante la Cámara de Diputados en México para avalar el cese del testeo en animales.
Esto sumado a las 45.3K publicaciones en Instagram bajo el hashtag “SaveRalph” representa, sin lugar a dudas, un impacto tanto dentro como fuera de las redes sociales. Ralph nos cuenta los daños del testeo a nivel físico, minimizándolos y justificándolos. En última instancia se trata de un “trabajo” hecho por el bien de los humanos quienes, en sus palabras, son superiores a él y otras especies de animales no-humanos. Pero luego, dentro de su baño, pregunta si hemos visto alguna vez a un conejo en un cohete espacial. Y, si bien el objetivo de este corto es erradicar el sufrimiento y muerte de animales no-humanos en el nombre de la belleza, su planteo tiene quizás un guiño a la historia de Laika, la primer perrita arrojada al espacio durante el auge de la Guerra Fría.
Laika se va

“El simulacro al que me sometí / no se parece en nada / mi corazón azul comienza a hervir,estoy encapsulada”.
“Laika se va” Massacre.
Así versa la canción “Laika se va” de la agrupación de punk-rock Massacre. Parte del disco “Aerial” editado en 1998, relata la historia de la perra Laika, víctima de la carrera espacial entre Rusia y Estados Unidos. En aquellos años los “perros cosmonautas” fueron reclutados principalmente de las calles pues, a diferencia de los perros de raza y con pedigrí, se les consideraba capaces de sobrevivir a situaciones graves. Así, desde alguna plaza de Moscú, Laika fue seleccionada para ser lanzada en el satélite ruso “Sputnik 2” el día 3 de noviembre de 1957. A raíz del supercalentamiento de la cabina y el estrés, ella murió víctima de una combinación de problemas respiratorios y un paro cardíaco.
“No me sorprendería si brindáramos con vodka / con tanto azul detrás de mi, llevo bandera roja…Ya no se supo que destino sufrió / creo que olvidaron de decírmelo esta vez / la fecha en que regresaré”.
En esta canción, los muchachos de Massacre escriben desde la perspectiva de Laika viendo el mundo que deja atrás y al que no ha de retornar. Su canción podría considerarse un planteo antropomórfico equiparable a la representación humanizada de Ralph, un conejo de testeo. Ambas producciones creativas apelan, en mayor o menor medida, a nuestra empatía de un modo digerible para nuestros sentidos. Pues, indudablemente, las manifestaciones en contra del maltrato animal en sus distintas variantes (o en general) han tenido una receptividad menos positiva. Esto, sumado a material como el famoso discurso del activista vegano Gary Yourofsky en Georgia Tech el año 2010, o el documental “Earthlings / Terrícolas” resultan probablemente vías “de alto impacto” para presentar cierta información.
No obstante, de alguna manera u otra, las puertas a la reflexión están abiertas. Hace muchos años el gobierno soviético logró que la población creyera que Laika retornaría y aceptó los elogios por su hazaña. Pero, tras anunciar el “sacrificio” de su cosmonauta canina, los defensores de animales se manifestaron ante ellos. La fuerza de los hechos siempre repercutirá en nosotros. Y hoy día, pese a nuestros aplausos y admiración al mundo de la belleza, la manera en que se logran ciertos resultados es cuestionable. El fin no justifica los medios y el maltrato animal es imposible de ignorar. Más allá del por qué somos más receptivos a ciertas producciones creativas o modos de manifestación al respecto, es importante discernir sobre los fundamentos y consecuencias de nuestro consumo en general. Laika no volverá y Ralph, aún siendo personaje ficticio, denunció una realidad que estamos a tiempo de modificar.