El Pasado de una mujer

El Pasado de una mujer

En las últimas décadas las mujeres han atravesado drásticos cambios en lo que respecta a sus sentimientos y perspectivas de vida pero, en líneas generales han, captando siempre la atención de los hombres. No estoy hablando aquí sobre igualdad de género o feminismo sino acerca de TU/ELLA pues todos tenemos un pasado. Un pasado a nuestras espaldas, semejante a un barco en medio del océano cuyo oleaje nos golpea, empujándonos hacia direcciones inesperadas. Profundizaré aquí en este viaje, el viaje de ELLA.

La mujer en quien recae la mayor maldición es aquella mujer con un pasado que jamás queda atrás, que la acompaña por el resto de su vida. Como un monstruo que la devora piel adentro, la ultraja y retiene a cada paso. Un monstruo que, sin vacilaciones, la persigue como una mochila llena de dolor

¿Quién es esta mujer?

Ella podría ser una madre, una esposa, una hermana, una amiga, una dama exitosa. Pero, ante todo, ella es “ELLA”. Todos tenemos en claro que las apariencias no son fidedignas con la verdad de cada quien, son tan sólo máscaras que, de alguna manera todos usamos. No obstante, ¿Qué sucede con ELLA?, ¿Cómo es posible que se vea impedida de abandonar su máscara mientras lidia con la vida?.

Una sombra no reflejada

Hay una historia detrás de cada dolor y sobreponerse es lo más difícil de lograr, dependiendo esto en gran medida, de tu propia fuerza/cimiento/personalidad. Si bien la personalidad es un constructo eregido a lo largo de toda la vida, sus inicios son una piedra angular. ¿Cómo puede un ser humano dar fin a ese dolor?, especialmente una mujer, cuya sensibilidad tiende a ser amplia y delicada.

Aquí, esa piedra angular llamada “niñez” no es igual para todas. Una niña criada en el seno de una familia que la protege y la ama, educada en el marco de la Iglesia conoce el gozo y la felicidad, lo que le da mayores posibilidades de construir una personalidad “a prueba de balas”, capaz de enfrentar cualquier adversidad y alzarse victoriosa ante prácticamente todo. Pero por otro lado existe una niña sin familia, totalmente desprotegida y a merced del abuso en manos de monstruos, una niña que sólo conocerá los aspectos más crueles de la existencia, en esta vida. Desde esa temprana edad, impregnada por vejaciones, esta niña construirá un futuro con el germen destructivo de estas experiencias

A las violaciones se suman la agresividad y el maltrato familiar, lo padres irresponsables, huérfanos. Todo esto sumado a múltiples violencias constituyen las cicatrices más profundas e invisibles que ELLA no podrá dejar ir jamás. Esta niña no puede simplemente “dejarlo atrás”, aún así, es fuerte. Lo suficientemente fuerte para luchar y continuar viviendo, escondiendo su dolor. Su vida como mujer es funcional, puede lidiar con su día a día, al menos hasta que ese dolor la vuelve a confrontar, corriendo ferozmente por sus venas la empuja, le obliga a esconderse y disociarse de todo alrededor. ELLA se oculta en el baño, encerrando su llanto tras las puertas, luego sale y ve cómo juegan los niños en el parque, los oye reír. Y a solas, cuando debe mirarse a sí misma frente al espejo, sólo dos modos de reacción le son posibles. Uno es del tipo “silencioso”, en el que se refleja mayormente su dolor y la destruye. El otro tipo de reacción es más bien “ruidoso” y, cuando tiene lugar, se manifiesta en explosiones emocionales que dirige a otros a su alrededor o hacia objetos inertes. Siempre llega un momento en el que su tristeza se convierte en una agresividad impulsiva que avienta hacia afuera: lastima personas, les grita culpándolos de las cosas y se mete en problemas, sólo para sobreponerse a su dolor y poder usar su voz, a la par de su fuerza física.

Amor, compañerismo y compasión

El umbral esperanzador para una mujer con pasado es el amor. Aún cuando a veces ELLA se resista y lo niegue. Esta mujer necesita de mucho amor y cuidado, a modo de colores para disolver las penumbras. Cada mujer sueña con una compañía amorosa, capaz de mostrarle lo que el amor verdadero es. Tan simple como puedo expresarme, diría que ELLA anhela que su mano sea sostenida. El compañerismo y la compasión no son de ayuda porque puede que ELLA sea demasiado fuerte y obstinada para pedirlas. Por ello, estar ahí para ella, con los brazos abiertos, esperándola y calmando su mente serán el modo de acompañarle a encontrar su camino, de motivarla y, en fin, de no darse por vencidos con ella.

Llama a la puerta de su dolor y sácala de allí, enséñale el mundo que podrían construir lado a lado, motívale y cree en el reconfortante sentimiento que la envuelve. Impresiónale con respeto y amor, después de todo, el pasado no es más que una página en el libro de su vida, vida que no es fácil para nadie.

Autoría: Wassila Chaouche (Argelia). Para Kashmircultura

Traducción del Ingles al español: Cecilia Mariela Navarro / Edición: Javier Costamagna.